¿Exploradores de Internet o APPs?

Es una pregunta que se me antoja sacar a colación en estas reflexiones de tumbona de verano. Lo cierto es que después de haberme acostumbrado, creo que bien acostumbrado, a descargarme las APP de los editores digitales (sería una incongruencia llamarlas APP de webs, porque precisamente son una aplicación paralela, hasta soterradota, de la web) que más suelo consultar, veo que es muy cómodo, y que evita además la intermediación de webs de esas molestas, no me refiero tanto a los buscadores como a elementos como ventanas emergentes, links tramposos o anticuados… la verdad es que es rápido, otra vez cómodo, y una maravilla, buscar en la pantalla de mi tableta o de mi Iphone esa APP de mi “editor digital (diarios, revistas, redes sociales) y entrar directamente. Además mira que van al grano las APP (no soy ingenuo y me imagino que cuando se exploten se adornarán más de … mierda cerounológica necesaria para rentabilizar, vamos la publicidad excesiva).

En definitiva, puede que una opción más rápida y cómoda sea que los editores digitales desarrollen APP y que este sistema, o uno similar dependiendo de cada sistema operativo (no todos se van a rendir a Apple) , sea la base de nuestros PCs. Entrar, tener en el escritorio nuestros sitios más consultados con su APP descargada y navegar sin intermediarios.

Como en todo, hay problemas, y uno evidente será el espacio físico de la pantalla. Desde ese puntos de vista un navegador, un explorador, funcionaría mejor como ese gran portal al que nos obligan a pasar, pero que nos ofrece un ente internáutico ordenado. Ahí puedes buscar las tres uves dobles.

La opción de futuro, a mi juicio, es que los PCs aprendan de esta tecnología y los sistemas operativos tengan la opción de una Store de descargas para entrar directamente en nuestras webs (el abrir un explorador y buscar en favoritos ya es un paso más en esta vagancia que es un valor a explotar en lo digital) y mantengan exploradores para el resto de búsquedas ocasionales.

Lo cierto es que al usar el PC, echo de menos no tener esas herramientas tan cómodas de las APP para mis 4 ó 5 editores (vale, webs) de consulta diaria.

¿Un Windows "8" táctil?

Todavía no se ha decidido nombre comercial, pero comienzan a publicarse noticias sobre supuestos documentos filtrados que detallan cómo será el próximo sistema operativo Windows.

Al parecer la intención es convertir el sistema operativo en... táctil. Sí, sí, por influencia de la tecnología MAC, y más en concreto del Iphone, otros móviles y las tabletas, que operan ya perfectamente en sus sistemas y programas con esta tecnología digital (nunca mejor dicho, tomando el dedo). La duda es si es verdaderamente cómodo y práctico para un PC, con una pantalla bastante más amplia y que a menudo reposa en una mesa, erguida y a unas cuantos centímetros si no queremos dejarnos los ojos. Desde luego, esta aparición de la navegación táctil por un sistema operativo, obligaría a cambiar el diseño del actual PC, y casi de las páginas webs, que obviamente se mueven con el ratón y los "clic"

El 16% de los internautas españoles accede a la red mediante su teléfono móvil

España es, junto a Suecia, el país europeo líder en acceso a internet desde teléfonos móviles personales. Según se desprende del informe eEspaña 2010 elaborado por la fundación Orange, 16 de cada 100 españoles accede a la Red de esta manera, mientras que la media europea es de siete habitantes y en países como Francia sólo lo hace el dos por ciento de la población. El uso más frecuente es la consulta del correo electrónico y el terminal móvil más popular para acceder a internet es el ordenador portátil.

Es una buena noticia sin duda para los desarrolladores de estas tecnologías de acceso a internet vía móvil, y sobre todo para los MMCC, digitales o digitalizadores (medios tradicionales con soporte web complementario) que apuestan por desarrollar versiones propias "MOBIL.com" o las APP para los Iphone

La firma mSpot lanza un servicio de escucha de música sin descarga previa

Mediante el servicio mSpot, que funciona mediante el modelo tecnológico conocido como computación en nube, los usuarios pueden subir sus colecciones de música a internet y luego escucharlas desde ordenadores con acceso a la red y, por ahora, mediante teléfonos que funcionan con el sistema operativo Android, de Google.

Para que todos nos entendamos. Registrándote de manera gratuita, instalas un programita en tu PC y puedes vincular tus archivos de música para que se alojen en una especie de servidor mundial. Después, desde cualquier ordenador en cualquier parte del mundo, o través del móvil (por ejemplo a través de Safari en Iphone), puedes entrar en http://www.mspot.com/ con tu cuenta. Accederás así a ese servidor donde están alojados por vinculación todos tus archivos de música de tu PC y podrás escucharlo. Esto tiene una gran ventaja, y es que con descargarte la música en tu ordenador, podrás tenerla en tu teléfono, Ipod, o en el ordenador de la casa de tu vecina, sin necesidad de copiar o transferir los archivos.

¿Existe el Ciberperiodismo?

Hace unos días me han comunicado la invitación a participar en las próximas jornadas de “Ciberperiodismo” de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla como ponente. Allí, además de explicar la iniciativa de crear un diario digital local a mis 26 años, debo disertar sobre el “Ciberperiodismo”. El problema es que es un concepto en el que no creo.
No creo, porque me niego a considerarme ciberperiodista, me suena a bicho raro. Yo sé bien lo que soy, comunicador, periodista si me apuran (no creo que nadie piense al poner el primer pié en la Universidad, para preinscribirse, en cursar “Ciberperiodismo”.
De existir una categoría tal, qué honor para los periodistas digitales, que es lo que somos. ¿O es que cuando surgió la televisión se plantearon una categoría de “teleperiodistas”, o cuando las ondas comenzaron a emitirse tal cual pasó y denominaban a los periodistas radiofónicos, que es lo que son, “radioperiodistas”. Simplemente soy periodista en un nuevo soporte; he tenido la suerte darwinista de adaptarme pronto al nuevo medio, nunca mejor dicho.